Murcia no fue una excepción dentro del auge de la fabricación de motos. La marca Sadrián se mantuvo activa desde 1955 hasta 1964, alcanzando una notable difusión en su área. Presentó diferentes modelos impulsados por el omnipresente motor Hispano Villiers, con cilindrada de 125 ó 200 c.c., montado en un chasis tubular reforzado de diseño propio.
Las Sadrián hacían gala de una ejecución muy meticulosa y cuidada. El modelo expuesto es el T-17, así denominado por el diámetro de sus ruedas. Se fabricó en paralelo al T-19 destinado a un uso más rural y menos asfáltico. Su fabricante fue Adrián Luis Viudes Romero, un inquieto inventor que ideó una tabla con vela antecedente del actual windsurf, un microcoche y hasta un televisor.
Motor | Monocilíndrico, 2T |
Cilindrada | 122 cc |
Potencia | 5,5 CV / 4.300 rpm |
Transmisión | 3 velocidades al pie |
Neumáticos | 2,50 x 17″ |
Velocidad máx. | 85 km/h |
Murcia was no exception to the boom in motorcycle manufacturing. The Sadrián brand remained active from 1955 to 1964, achieving significant recognition in its region. It introduced various models powered by the ubiquitous Hispano Villiers engine, available in 125 cc or 200 cc, mounted on a reinforced tubular chassis of its own design.
Sadrián motorcycles were known for their meticulous craftsmanship and attention to detail. The model on display is the T-17, named after the diameter of its wheels. It was produced alongside the T-19, which was designed for more rural, off-road use. The brand’s founder, Adrián Luis Viudes Romero, was a restless inventor who also created an early version of a sailboard—precursor to modern windsurfing—a microcar, and even a television.
