Ganar en la «montaña mágica», en los años 60, era convertirse en una leyenda sobre ruedas. Y yo lo conseguí, junto a Cañellas y Rocamora, en 1969. La prueba reina de la resistencia, contra las grandes motos extranjeras. Y nosotros fuimos capaces de llevarnos el triunfo a casa.
Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.